FABULAS Y CUENTOS
PARA NIÑOS
EL
LEÓN Y EL ASNO
Una vez, un
Hambriento León invitó a un Asno a cazar. Una vez reunidos,
Éste le dijo: "Escóndete en la selva amigo Asno y
rebuzna lo más fuerte que puedas."
El León observando los lados de la Selva y dijo: "
Yo me esconderé en aquel agujero de salida. Cuando los
animales estén asustados por tu rebuzno, huirán hacia allá y los iré cazando
uno tras uno."
Tras esto, ambos pusieron en práctica lo acordado.
Al pasar el rato, la treta funcionó muy bien. Cuando el
León ya tuvo muchas presas, el Burro salió de su escondite para acercarse al
León y preguntarle: "
¿Qué tal lo hice señor León?"
"Muy buen trabajo amigo Asno." - Dijo el León -
"Ni yo mismo hubiera tenido tanto susto de no saber que eras un simple
Asno."
Moraleja
El miedo no te llega, si sabes de donde viene.
EL TORO Y
LAS CABRAS AMIGAS
Un día en un hermoso prado, un Toro y Tres Cabras jugaban muy contentos.
Con el pasar de los días, se hicieron buenos amigos. A lo lejos, un Perro
vagabundo los observaba pero a la vez, no comprendía que hacían juntos aquellos
animales. Luego, se dijo:
"¿Pero que hace un Toro grande y robusto
conviviendo con aquellas Cabras escuálidas y feitas?"
Al día
siguiente, el Toro se encontraba solo, así que el Perro se acercó a el y le
dijo:
"Estimado Toro, usted que es tan fuerte y
grande, ¿qué hace al lado de aquellas flacas y desagradables Cabras?. Todo el
mundo creerá que eres un Toro débil.
" El Toro, pensó sobre lo dicho por el
Perro, así que se alejó de sus amigas Cabras. Mientras seguía sin rumbo,
pensativo se dijo: "
Ellas eran buenas y también divertía mucho.
¿Por qué me aleje de ellas e hice caso a un Perro vagabundo a quien no
conocía?"
Tras esto, el Toro regresó con sus Amigas para
disculpase, y les prometió una gran y bonita amistad eterna.
Moraleja
A la amistad la aleja quien con envidia
aconseja.
EL VIENTO Y LA
LEÑA
Una vez, la
Leña por acción del fuego, se convirtió en una ardiente brasa, y viéndose en
gran lió, clamó auxilio al Viento para no perecer: "
¡Amigo mio, por favor, ayúdame!, ¡El calor me
está matando!, ¡si esto sigue así, en poco me convertiré en cenizas!"
El Viento, apiadado de la Leña dijo:
"¡Allá voy amiga Leña!, ¡No temas!,
¡soplaré lo más fuerte que pueda para poder salvarte!"
El Viento sopló y sopló todo lo que pudo, sin
embargo, lo único que consiguió fue que la llama quemara más a la Leña. "
¡Tienes que soplar más fuerte por favor... o no
duraré ni un minuto más!" - le decía la Leña al Viento con desesperación.
El Viento sopló todo lo que pudo por salvarla,
pero a los pocos minutos, no quedó nada más que una ceniza en el suelo. El
Viento se alejo pensando en que hizo más daño, que bien a la pobre Leña.
Moraleja
LA HECHICERA
Una vez,
en una comarca vivía una muy flaca Hechicera que había aprendido el arte de su
madre y esta a su vez, la de la Abuela. Gracias a esto, ella ganaba mucho
dinero engatusando a varios inocentes diciendo:
"Damas y caballeros, tengo el poder de
alejar la mala ventura de los hombres y de sus hogares. Yo los salvaré, a un
precio muy módico."
Con el pasar del tiempo, fue acusada por
Brujería y un Tribunal, la condenó a perecer. La Hechicera suplico a un Juez
tenga piedad de ella, pero este le dijo:
"Decías poder alejar la ira de los dioses,
si era cierto, ¿por qué no alejaste de ti la ira de los Jueces?"
La Hechicera respondió: "Es que los jueces
no son tontos Señor."
Por más que uses las mañas, al inteligente no
engañas.
EL COCODRILO MENTIROSO
Hace
mucho, dos Pajaritos se reunían siempre para conversar en un árbol, y luego,
observaban todo lo que sucedía a su alrededor. Una tarde, vieron a unos Patitos
acercarse a un Cocodrilo. Una de ellas dijo:
"Pobres inocentes amigo, van hacia el
Cocodrilo ese sin saber sus verdaderas intenciones. ¿Sabes?, en varias
oportunidades, con pañuelo en la boca se ha puesto a llorar y a engañar a
animalitos cándidos y generosos, y cuando están muy cercas, los atrapa rápidamente
con su enorme boca."
Mientras seguían hablando. El Pajarito vio algo
y dijo:
"¡Cielos, cielos! ¡mira, mira!, ¡Todos
esos Patitos se acercan al Cocodrilo!. Pobrecitos, acabarán como almuerzo de
este villano."
Mientras los Pajaritos esperaban lo peor, un
Patito muy astuto se escondió rápidamente, y cuando el Cocodrilo lo encontró,
el Patito saltó sobre su gran boca y le puso un gran palo con el cual, no pudo
cerrar su gran hocico. Los Patitos aprovecharon la ocasión y se fueron del
lugar rápidamente.
"¡Si!, bien merecido te lo tenias
malvado." - Dijeron los pajaritos.
Moraleja
Las lágrimas del cocodrilo, se burlan con
sigilo.
LOS
CAMINANTES
Hace mucho, dos amigos Caminantes estaban yendo
hacia sus trabajos, hasta que de pronto, uno de ellos encontró un bolso con
dinero. El otro amigo dijo: "
¡Que felicidad y que buena suerte tenemos
amigo!, ¡que gran hallazgo!"
"¿Hemos?" - Respondió el hombre quien
encontró el bolso - "Yo soy el que encontró y es mi buena suerte y
felicidad."
El otro amigo quedó en silencio y comprendió
que estaba fuera del hallazgo. Mientras seguían su camino, apareció un grupo de
ladrones.
"Oh no... estamos perdidos..." - Dijo
el dueño del hallazgo. "
¿Perdidos?, solo tú estás perdido, ya que nadie
más que tu ha hecho el gran hallazgo." - Respondió el otro Amigo.
A todo esto, los ladrones rebuscaron a ambos
hombres y al hallar al dueño del hallazgo, le quitaron todo el dinero sin
antes, darle una buena paliza.
Moraleja
LA SERPIENTE Y EL CANGREJO
Una vez, en las arenas de una playa, estaba un Cangrejo y una Serpiente que vivían juntos en gran armonía y amistad. Con frecuencia el Cangrejo quien tenía gran sencillez, hacia contrastar los malos instintos de la Serpiente, y siempre la aconsejaba abandonar aquella mala conducta.
Un día por la mañana, la Serpiente se enroscó
cautelosamente bajo un Joven veraneante que descansaba echado en la arena. Al
sentirse este tocando, se levantó rápidamente y le dio un fuerte golpe con una
vara a la Serpiente dejándola noqueada.
El Cangrejo al ver en problemas a la Serpiente,
acudió a su auxilio de inmediato. Cuando llegó, la vio tendida estirada y con
tono compasivo, le dijo:
"Puedo asegurar amiga Serpiente, que aquel
Hombre no te hubiera golpeado, si en vez de encontrarte enroscada bajo su
cuerpo, te hubiera visto ir tranquila y recta como lo estás ahora ahora, hacia
otro lado."
Moraleja
LA ZORRA Y EL GALLO
Una vez en un corral, una Zorra que entró a un
corral de Gallinas, fue atrapada de las patas por unas maderas que eran en si,
una trampa preparada.
Todas las Gallinas rápidamente habían huido con
mucho miedo, mientras tanto la Zorra, vio al Gallo que estaba por huir y le
dijo:
"Espera por favor señor Gallo. Si estoy
aquí, es porque vine a visitarte y ahora que te vas, ¿así me lo agradeces?, al
menos por favor busca algo con que liberarme."
El Gallo salió del corral, y tras un rato,
regresó, pero acompañado del Dueño del corral que, tenia en sus manos un gran
garrote. Luego, el Dueño le dijo a la Zorra:
"Se acabaron tus días de bribón animalejo.
Ya no volverás a hacer de las tuyas."
Moraleja
Cuando el malo, es remalo, la corrección viene
con palo.
LAS BUENAS COMPAÑIAS
Una vez, dos niños jugaban alegremente por el
campo, hasta que de pronto, se detuvieron junto a una planta espinosa. Uno de
ellos se acercó y dijo:
"Oye, mira aquella bella Rosa."
"¿Acaso estás ciego?" - Dijo su
compañero - "No es una Rosa, es un Cardo."
"Pero tiene olor a Rosa." - insistió
el primer Niño.
"Es porque durante un tiempo, estuvo a
lado de una Rosa." - Respondió su compañero.
"¿Sabes?, tienes razón. Observa, tengo un
cardo a cambio de un Rosal." - Volvió añadir el primer niño.
Su compañero razonó y dijo:
"No te preocupes. Hasta un Cardo se
perfuma de una buena compañía."
Moraleja
Quien anda con buenos, parece uno de ellos.
Una vez, una Lechera caminaba alegremente de
camino al mercado, y a la vez, llevaba un Cántaro con Leche. En su camino muy
feliz, iba imaginando las cosas hermosas que añoraba en su futuro, y se decía:
"Llevo muy buena leche y de gran calidad.
Estoy muy segura que me pagarán muy bien por ella. Con eso, compraré una
canasta de huevos para incubarlos y tener muchos pollitos. Luego, venderé los
pollitos para comprarme un bonito Cerdito que lo engordaré cuidadosamente, y
cuando este grande, lo venderé por mucho dinero. Luego compraré una Vaca con un
Ternerito que jugará por el campo todos los días."
La Lechera seguía en su fantasía con muchos
pensamientos bonitos sobre su futuro, hasta que por desgracia, se tropezó y su
Cántaro fue a caer al piso rompiéndose y derramando toda la Leche.
La Lechera, muy triste solo podía ver cómo la
tierra absorbía la Leche y se desvanecían sus ilusiones.
Moraleja
No anheles impaciente el bien futuro, mira que
ni el presente está seguro.
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